sábado, 23 de octubre de 2010

Aventuras de cuatro andakanos en París

Viajar cuatro andakanos en autocaravana,durante 23 días inolvidables a París y la ribera del Loire, si añadimos ver la vuelta ciclista en la etapa del Tourmalet para terminar viendo a un compatriota subir al podio en los Campos Eliseos... me quedo sin palabras para describir tanta mezcla de emoción y sentimientos. ¡hay que vivirlo!

Se programó el viaje como si fueran rutas de senderismo ( en esto tenemos cierta experiencia), cada día con lo que queríamos ver y con la mochila a cuestas nos lanzábamos a recorrer las calles, plazas y jardines visitar los estupendos monumentos y las magníficas iglesias, teniendo tiempo para detenernos en tiendas a comprar alguna que otra chuchería.

Por la noche, cuando volvíamos derrotados aún nos quedaban fuerzas para hacer nuestras labores; Paco estupendo, dejando relucientes cazuelas y sartenes, Justo abriendo latas, poniendo la mesa, partiendo pan y trabajos múltiples, yo de pinche de cocina pelando cebollas, pimientos, ajos y Encarnita la gran cocinera y demás labores.

Los momentos siguientes al sentarnos a cenar y comentar las incidencias del día, os diré que eran los mas gratificantes. Cuando el sueño nos vencía a descansar para al día siguiente estar en forma e iniciar una nueva jornada.

París, es la ciudad de la luz y pasear por sus calles, pasar por los puentes o sentarte en un café para tomar un chocolate con nata en alguna de sus múltiples plazas, te llena de satisfacción y ahora de nostalgia pensando el día que podré volver.

El tiempo se portó bien con nosotros, algún día lucia el sol, otros estaba tímido y apenas se dejaba ver, otros ni siquiera asomaba pero la temperatura era agradable. En el Tourmalet el tiempo fue otra historia, al segundo día comenzó a llover en grandes cantidades se pasó toda la noche cayendo agua, aunque esto no acobardaba a los ciclistas ni a la gente que estaba allí acampada para ver la etapa, había de todas nacionalidades, banderas de todos los colores pero todos con una misma afición.¡la bicicleta!.

Aquí tuvimos nuestra primera experiencia del viaje, a consecuencia de tanta agua la autocaravana se hundió “a dos metros bajo tierra”y hubo que hacer verdaderos esfuerzos para sacarla de allí, pero que os voy a contar, la colaboración fue masiva y al final salimos agradeciendo a la buena gente los esfuerzos que hicieron.

Si de París y la vuelta tengo estos magníficos recuerdos que os voy a decir de Versalles con sus jardines y palacio que nos dice de la magnificencia con la que vivieron los reyes de su época, de Chartres que la definiría como la ciudad de “colores” tranquila, apacible y con una bella catedral, Orleans, Chambord, Cheverny, Blois con sus castillos, Chinon hermosa y bien conservada ciudad medieval, Poitiers, Burdeos con su catedral dedicada a S. Andrés. Me quedo corta cantando alabanzas.

Dejamos tierras francesas para llegar a la hermosa ,alegre y cosmopolita ciudad de S. Sebastian disfrutando, ya en nuestra tierra, de sus vinos y los famosos pinxos. Entrar en alguno de sus bares del casco antiguo ver el colorido de los mostradores y degustar tales delicias se me hace la boca agua solo de pensar en ello. .

Terminamos nuestra andadura dando un paseo por Burgos, mi ciudad de nacimiento, me que dé con la miel en los labios pues solo fue un paseo nocturno pero volvimos para Sevilla, mi ciudad de adopción, con la promesa de volver a esta bonita y fría ciudad para poder disfrutar todos los andakanos.

Maribel de la Brena