12 de Abril 2008
Cuando no se esperan las cosas, se cambian los planes previstos y surge “algo”, nunca esperas que pueda resultar un día extraordinario.
Hacía un día de Sol, con un aire fresquito, pero muy agradable nos acompañaría a lo largo de toda jornada. En este ambiente a alguien se le ocurrió preguntar: ¿Y si nos vamos a Portugal?Y hacia Sanlúcar de Guadiana nos encaminamos, Un pueblecito a orillas del río Guadiana y separado de su hermano portugués Alcoutin por los 200 metros que hay de orilla a orilla. Una barca situada en la orilla nos estaba invitando a pasar a la otra orilla y pisar tierra portuguesa, así lo hicimos y disfrutamos de la pequeña travesía como si de un crucero se tratara.
Los Castillos de cada uno de los pueblos situados uno frente al otro nos hablan de otros tiempos, de enfrentamientos, desordenes y guerras....
A la vuelta fue parada obligada Niebla, un pueblo rodeado por una muralla y levantándose majestuoso el Castillo que nos hizo transportar a los cuentos de la infancia, a épocas de caballeros y bellas damas a las que defender.
Fue un día lleno de colores, aromas, sueños e intimidades en el que nos sentimos felices disfrutando de cada momento compartido.
Maribel de la Brena
domingo, 20 de abril de 2008
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